La soberanía, el futuro de Ushuaia y la Defensa nacional

Oscar Eguías, Veterano de Guerra de Malvinas, advierte sobre el riesgo geopolítico y social que implica no contener a la población de Tierra del Fuego y permitir el avance extranjero sobre el puerto. Plantea la necesidad urgente de consolidar la presencia argentina en el Atlántico Sur y en la Antártida

Por Pablo Felizia

Oscar Eguías es Veterano de Guerra de Malvinas. Pertenecía a la Aviación Naval y participó de la Gesta de 1982. Dijo a El Telégrafo de Entre Ríos: “El de Ushuaia tiene que ser nuestro puerto, y ahí tiene que haber una inversión mayúscula. El problema es que si el gobierno no está dispuesto a invertir, entonces lo va a concesionar y el puerto va a ser americano o de quien sea, hoy más cerca de ser americano, cuando nosotros podemos. Y nosotros no tenemos que permitir eso. Tenemos que permitir que nosotros desarrollemos ese puerto y que siga bajo nuestro dominio”.

En las últimas semanas, en Tierra del Fuego, hubo paros y marchas en rechazo al decreto del gobierno de Javier Milei que reduce los aranceles a la importación de celulares y otros productos electrónicos.

Quienes cuestionan la medida sostienen que pone en riesgo los puestos de trabajo en la provincia. También se conocieron las pretensiones, sobre todo de Estados Unidos, de instalar un puerto de características militares en Ushuaia, hecho que puso en alerta a quienes trabajan por la Defensa nacional.   

Si bien Eguías es presidente del Centro de Veteranos de Guerra de Malvinas de Paraná y presidente de la Federación entrerriana que los reúne, las respuestas a esta entrevista son a título personal y acordamos aclarar este punto desde el comienzo. 

Eguías no solo conoce la historia de Ushuaia, sino que su explicación parte de la defensa de la soberanía. Explicó que en 1966, la capital de Tierra del Fuego tenía 5.000 habitantes y para 1972 el censo dio 13.000. “Entonces, a partir de allí se crea una ley que era la 19.640 de promoción industrial que se puso en vigencia unos años después. Se estaba trabajando muy bien en los foros internacionales para la diplomacia, para el tema de la soberanía. De hecho, desde 1966 hasta 1982 hubo una diplomacia, digamos, que se sentaba en la mesa de negociación con los británicos. Y si bien no tenían muchos avances, el diálogo existía. Desde 1982 para acá el diálogo se cortó”, dijo.

Ese régimen de promoción industrial, a través de esa ley, fijó una reducción de impuestos, de recursos fiscales. “De esta manera se pudo lograr instalar fábricas, que no son solo de ensable, porque también es necesario aclarar eso. Teníamos la necesidad de poblar esa nueva provincia. Porque esa nueva provincia tiene a Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur dentro de su jurisdicción. Y la Antártida, por supuesto. Específicamente Ushuaia es la capital de Malvinas. Esta ley de promoción hizo que la población se expandiera exponencialmente”.

Hoy hay 195.000 habitantes. “Porque se consideraba geopolíticamente que luchar por la soberanía o imponer soberanía, también era imponerla con gente. Con personas. Porque es un lugar inhóspito y lo era en los años 60. De hecho, ahí funcionaba una cárcel de máxima seguridad y la Armada Nacional. Y la gente era prácticamente toda de la Armada Nacional”, explicó.

Habló de lo difícil que era vivir en esa región y más en aquella época. Las nevadas duraban todo el invierno. En las puertas de las casas se acumulaban hasta dos o tres metros de nieve. Durante los meses más fríos no llegaban buques, no ingresaban los aviones y si alguien se enfermaba era difícil lograr sacarlo o llevarle la medicación necesaria. Lo mismo ocurría con los víveres. Entonces, se consideraba que la soberanía también se imponía con la presencia de la población. “Y ahí este número exponencial de 195.000 habitantes a través de la fábrica, por supuesto, bajo la condición del beneficio de la exención fiscal. Esto funcionó y funcionó muy bien durante mucho tiempo. Hoy nos encontramos con que esa ley o esa exención de impuestos fiscales cumplió su ciclo y ya no es tan importante esa exención. Entonces podemos pensar en que se pobló un lugar inhóspito, como dije, la base era geopolítica. O sea, implantar población porque población más territorio es soberanía. Y en ese aspecto es que si le sacamos ahora la exención, vamos a dejar, no sé, calculo que mucho más de la mitad de la población sin fuente laboral. Entonces es un gran problema, si bien la exención fiscal, como dije anteriormente, ya no es tan importante porque cumplió su ciclo, el problema es que ahora tenemos que ver cómo lo solucionamos para poder lograr que esa gente que está allí establecida, continúe”, sostuvo Eguías y agregó: “Argentina destina un 0,7% del PBI en Defensa. Nuestros archienemigos, los ingleses, un 2%. El 2% del PBI lo exige la OTAN para ser miembro. Pero el régimen de exención fiscal, es del 0,22% del PBI. Tiene un gran impacto porque cesa en su función. Si Defensa tiene un 0,7 y la exención fiscal tiene un 0,22, es un 30% más. Y al ser un 30% más, estamos complicados porque lo que nos falta en Defensa lo tiene la exención fiscal o esta ley de beneficios. Porque algo tenemos que hacer. Desde la geopolítica, Ushuaia es importante, por supuesto. Entonces, si incrementamos el PBI en Defensa, podremos hacer de Ushuaia un lugar militarizado como tienen ellos en Malvinas y eso da fuentes laborales, porque deberá tener más recursos y deberá tener, por ejemplo, el puerto.  Hoy hay tratativas para dárselo a los americanos. La disputa del mundo complicado es que a China la tenemos en el centro del país ya hace muchísimos años. Y Estados Unidos se podría meter en el puerto. Un puerto, porque esto va a ser un teatro de operaciones o disputas potenciales de terceros estados. Entonces, si nosotros tenemos un puerto que hay que poner en valor eso podría dar muchas fuentes de trabajo; hoy el puerto de Ushuaia es el trampolín para todos los transatlánticos, para todos los buques de turismo que van a la Antártida en verano. Pero además es el trampolín necesario para todos los buques nuestros que van a nuestras bases”. 

Eguías explicó con paciencia y reafirmó la necesidad de que el puerto de Ushuaia, en lugar de dárselo a Estados Unidos o de que China entre en la conversación, sea argentino. ¿Por qué no fortalecemos nosotros nuestro propio puerto y nuestro propio lugar para garantizar el trabajo a la población con una perspectiva de la Defensa Nacional? ¿Es algo así lo que estás planteando?, la repregunta fue necesaria. “No, no es algo así, es eso”, contestó. 

Eguías agregó más adelante: “Creo que este es un trabajo de ajedrez. Debemos entenderlo de esa forma. Si se mueve un peón debemos saber por qué. Si se mueve un alfil, también. Y si se mueve un rey, porque lo tenemos que controlar, pues movámoslo”.

La Antártida en la mira 

Oscar Eguías explicó que en Malvinas hay 4.500 habitantes de los cuales 1.500 son militares con una infraestructura de Defensa que es una fortaleza de la OTAN. Los 3.000 habitantes –si no se contabilizan a las fuerzas militares– cuentan con 90.000 dólares per cápita al año. Es decir que Inglaterra resuelve el problema de Malvinas con una ínfima ayuda. “Lo soluciona. Nosotros tenemos que solucionar nuestro problema. Ellos desde ahí tienen una proyección antártica muy fuerte. Y ojo que hay minerales, petróleo, agua dulce, pesca. Bueno, esto es insólito que nosotros no tengamos la mira en aumentar las Defensas del país para beneficio propio. Esa es la idea, para beneficio propio. El puerto de Ushuaia, que sea argentino, para beneficio propio. Y que la población de Ushuaia, a través de otro régimen, logre equiparar la pérdida, que es inevitable porque –la exención fiscal– ya cumplió su función como lo dije antes, y ahora se necesita sustituirla por algo si no condenamos a más de la mitad de la población. Entonces nosotros necesitamos, como soberanos, amparar a nuestra gente y defender nuestros derechos”, sostuvo. 

Eguías habló de la necesidad urgente de poblar la Antártida, recuperar las bases que se han abandonado y apuntalar las que están en funcionamiento. “Las tenemos que volver a recuperar como está haciendo Chile. Chile lo está haciendo. Fíjate vos que ellos fueron hace poquito y sesionaron allá. Y abrieron bases. Es un acto de soberanía. ¿Alguna vez nosotros lo hicimos? ¿Por qué no lo hacemos ahora? Y abrimos las bases que están cerradas, porque a la hora de la verdad vamos a necesitarlas para discutir el Tratado Antártico que se nos viene encima en 2048, vamos a necesitar presencia antártica. Este juego perverso también disputa el Estrecho de Magallanes, porque es la conexión de los dos océanos”.

Explicó que más allá de la existencia del Canal de Panamá, Inglaterra siempre entendió que para dominar el mundo hay que dominar los mares. “Entonces, van más allá de sus posibilidades y cada vez avanzan más allá de las 200 millas con tratados pesqueros, con tratados de lo que busques. En definitiva, lo que quieren es dominar el Estrecho de Magallanes para tener el pasaje libre entre los dos océanos. Estemos atentos, argentinos, porque eso se puede venir y le va a tocar a las generaciones futuras”, advirtió.

También contó que en Ushuaia, por ejemplo, no se puede promover la cría del salmón, eso está prohibido cuando en el mundo se hace. “Los tipos son inteligentes cuando hacen un tratado con Argentina. Le buscan la vuelta para que Argentina esté atada de pies y manos. Hay un montón de cosas que se pueden hacer que evitarían un montón de problemas y ayudarían. Está la voluntad de hacerlo o no. El tema es que lo hagamos y que tengamos la capacidad de entender por dónde somos soberanos y qué debemos hacer para ser soberanos. Algún día nuestro corazón se tiene que teñir de celeste y blanco y terminar con estas pavadas que nos están dividiendo internamente porque el objetivo principal es la Argentina”.